William J. Cassiere preparo el camino para el Sr, Ballard y la Hueste Ascendida, de la misma forma que Juan el Bautista le preparo el camino a Jesús. El dio Clases de Biblia, explicando el significado de la frase “YO SOY lo que YO SOY”, y hablo sobre pasaje Bíblicos que podían ser interpretados como si hablaran de la reencarnación.  De este modo, el creo las bases para la futura visita del Sr. Ballard

El Hermano Bill conoció a Mr. Ballard justo después de las experiencias de Mr. Ballard en el Monte  Shasta. El Sr. Ballard le da un abrazo diciendo, “Querido Bill, hemos estado trabajando juntos (en encarnaciones previas) muchas veces. “El Hermano Bill” (como le llamaban sus estudiantes), primero fue un “Mensajero Designado” por Saint Germain. Más tarde, el 25 de Diciembre de 1934, se convirtió en “mensajero en pleno” por Saint Germain. En un dictado dado a través del Sr. Ballard, por el Amado Saint Germain, copia del cual se encuentra en nuestra posesión en la sede de la AMTF, dice: “Amado Billy, me llena de alegría y es un privilegio nombrarte Mensajero en Pleno de la dispensación de la actividad ‘YO SOY’.  Te felicito por el esplendido trabajo que estas realizando.”

El Hermano Bill dicto muchas clases. Dando seminarios en muchas ciudades, el daba conferencias hasta cinco grupos diferentes durante la semana. El me dijo, “Cuando el Sr. Ballard o yo estábamos dando las conferencias, no había casi ninguna clase durante la cual no ocurriese por lo menos un milagro. Muchas veces la gente dejaba sus muletas en las reuniones.” Como treinta de estos “milagros” están registrados en el folleto del Hermano Bill “LOS MILAGROS DE HOY." Él le dejo todas sus posesiones de naturaleza espiritual a la AMTF y entre ellas hemos encontrado reportes adicionales de cerca de veinte sanaciones. Igualmente me dijo que cerca de dos tercios de la gente que solicitaban sanación de él, fueron sanados. Y declaro que el Sr. Ballard también había tenido los mismos resultados.

Durante un dictado privado dado por Saint Germain a través del Sr. Ballard el 18 de Agosto de 1939, se  le dijo al Hermano Bill que había ganado su ascensión.  (Ese documento también está en mi posesión.)

Después de salir de la Actividad YO SOY, el Hermano Bill trabajo como vendedor inmobiliario. Durante este tiempo vendió muchos libros del “Puente de la Libertad”. “Yo fui el mejor vendedor de Geraldine”, nos dijo.

Yo conocí al Hermano Bill en su última conferencia en Grants Pass, Oregon en 1985. Nos hicimos buenos amigos. Lo visite varias veces en su última casa, la Casa de los Veteranos en Yountville, California. El estaba bastante interesado en el trabajo de la AMTF, y se hizo miembro. Cuando la AMTF imprimió el  libro “Misterios Develados” en 1986, grito de la alegría, “Ya era hora!” (Este libro y los otros de la serie Saint Germain no estuvieron a disposición de las tiendas de libros y del público en general de 1940 a 1986).

El Hermano Bill estaba en sus años 80 cuando lo conocí. Cuando hablamos acerca de la Luz y esta enseñanza, todo su semblante brillaba. El Hermano Bill fue un caballero muy sincero, humilde, cortes y  un erudito. Fue un verdadero Santo y una inspiración para todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo. Exhibía total maestría sobre todas las cualidades de los siete rayos y nos dio mucho entendimiento sobre la actividad de los años 1930, y la manera en la que la Hermandad opera.

Los escritos del Hermano Bill han sido incluidos en el libro de la AMTF “La Ley de la Precipitación”.

El hizo su ascensión a sus 90 años en 1987. Miembros de la AMTF realizaron el Servicio de Ascensión  para él.

Biografías de 107 Maestros Ascendidos por Werner Schroeder

CLASE DE BROTHER BILL SOBRE LA PRESENCIA “YO SOY”

En Mata Loves Retreat, en Lakemont, Georgia. En primer lugar, quiero dar las gracias a todos y cada uno de vosotros, ya que esta puede ser mi última oportunidad para expresar mi amor y mi aprecio por ustedes y por la forma en que me han recibido. Y quiero que sepáis que, cuando vuelva a California, el espacio innovador no impedirá que siga pensando con amor en todos y cada uno de vosotros. Gracias, los quiero y los bendigo para siempre.

Una vez más, quiero llamar la atención sobre la hermosa lámina (gráfica) de la Poderosa Presencia "YO SOY". Pero, de nuevo, quiero llamar la atención sobre el hecho de que la figura superior representa vuestro YO (Ser) Divino. Sin embargo, representa y no es el YO (Ser) Divino.

En cierto sentido, se trata simplemente de una réplica para que puedas apreciar mejor el uso de la lámina (gráfica) y no caigas en el hábito de, bueno, simplemente enamorarte de la lámina en sí. Así que debemos entender eso y enviar nuestra amorosa adoración a la Poderosa Presencia "YO SOY" dentro de nosotros al mismo tiempo que miramos la lámina, lo que nos da una sensación más cercana de comprender qué es la lámina, qué es la Presencia, y el Ser de Fuego Blanco detrás de la Poderosa Presencia "YO SOY", y el cuerpo causal que rodea a la figura superior, que es el bien acumulado que has reunido a lo largo de los siglos en tus miles de encarnaciones.

Todos sabemos que hay muchas ideas y muchas cosas escritas sobre Jesús el Cristo y sobre su ministerio. Es cierto que hay cuatro evangelios, pero estos se complementan entre sí. Sin embargo, hay otros libros que no complementan la vida y el ministerio de Jesús.

El discurso del que voy a leer porciones y hacer mención es de Jesús, del 5 de diciembre de 1932. (Discourse XIX, The “I AM” Discourses V.3)  Y Jesús dijo: “YO SOY la puerta abierta que nadie puede cerrar”. Y luego explica: “cuando dije que “YO SOY” la puerta abierta que ningún hombre puede cerrar, quise que la humanidad entendiera que me refería al “Gran YO SOY”, que es la vida de cada individuo manifestada en forma. No quise dar a entender que la persona de Jesús era la única a la que se le había ordenado este gran privilegio. Cada uno de ustedes, amados hijos del único Padre, tiene la misma poderosa Presencia dentro de ustedes, el “Gran YO SOY”, que yo tengo, y que yo tuve en aquel tiempo por la cual logré mi victoria eterna." *
*Platicas del “YO SOY” Plática XIX, Serapis Bey Editores S.A. Panamá

Al revisar todos los benditos discursos, algunos de San Germain, uno de Nada, parte de Cha Ara, la mayoría diría que, de San Germain, pero algunos de Jesús y uno del gran Elohim Arcturus.

Todas estas afirmaciones son poderosas, pero esta es una que me encantaría que los alumnos comprendieran y siguieran. Saint Germain dice: «Desearía que cada uno de ustedes se retirara a solas durante al menos cinco minutos al día y hablara con su Presencia “YO SOY” de la siguiente manera: Gran Presencia Magistral que “YO SOY”, te amo, te adoro. Te devuelvo la plenitud de todo el poder creativo, todo el amor, toda la sabiduría. Y a través de este poder, que tú eres, te doy todo el poder para hacer visible en mis manos y utilizar el cumplimiento de todos mis deseos. Ya no reclamo ningún poder como mío, porque ahora te reclamo a ti, la única y Todopoderosa Presencia en mi hogar, mi vida, mi mundo y mi experiencia. Reconozco tu plena supremacía y dominio sobre todas las cosas, y cuando mi conciencia se fija en un logro, tu presencia e inteligencia invencibles toman el mando y traen rápidamente la realización a mi experiencia, incluso con la velocidad del pensamiento».

Ahora bien, cuando voy a diferentes lugares a dar charlas, me gusta recalcar a mis alumnos que, aunque tengamos electricidad en casa, no nos acercamos al interruptor o al botón que sea que pulsamos para encender la luz y le decimos: « OK, adelante, haz lo que tengas que hacer». Y, por supuesto, no lo hace, y sabemos sobre la Presencia YO SOY, y conocemos estos hermosos discursos y las cosas que podemos hacer para llamar a la Presencia a la acción. Pero si no los llamamos a la acción, no funcionan por sí mismos, o lo habrían hecho hace miles de años. Así que tenemos que ponernos manos a la obra y reconocer esa Presencia y llamarla a la acción. Continúa diciendo: «Sé que Tú eres el gobernante del tiempo, el espacio y el lugar. Por lo tanto, solo necesitas ahora poner en actividad visible todas mis perfecciones. Me mantengo absolutamente firme en la plena aceptación de esto ahora y para siempre, y no permitiré que mi mente se desvíe de ello. Porque por fin sé que somos uno».

Ahora bien, además de llamar su atención sobre esto, quiero que sepan que, hace muchos años, en una de mis clases en el sur de California, una pareja vino a preguntarme si podía hacer algo porque el propietario de la casa de al lado había fallecido repentinamente. Y, por supuesto, se instaló un bar clandestino. Era una propiedad residencial. Y cómo consiguieron entrar allí, bueno, en cualquier caso, hacían tanto ruido y causaban tantos problemas que los insultos y palabrotas se oían justo al lado. Hacía buen tiempo y las ventanas estaban abiertas. Esta gente tenía dos hijas encantadoras, en una edad impresionable, ¿por qué tenían que escuchar eso? Pero los responsables de esa parte de la ciudad no hicieron nada.

Entonces dije: «Muy bien, voy a hacer un decreto y quiero que lo hagáis conmigo. Yo daré el decreto y vosotros lo repetiréis». Así lo hicimos, y pedimos que, si era correcto que esas personas estuvieran allí, entonces encontrara el lugar perfecto para nosotros y nuestras hijas. Muy bien. Al día siguiente volvieron y, después de la clase, me dijeron: «Bueno, hermano Bill, tu decreto no sirvió de mucho, porque anoche había más gente allí que la noche anterior y la noche anterior a esa». Y yo respondí: «No nos interesa cuánta gente va allí. Nos interesa nuestro decreto y mantenernos firmes en él. No vamos a cambiar solo porque hayan venido media docena de personas más. Así que, de acuerdo, la séptima noche, el mismo tipo de informe.

Y volví a decir: «Nos mantendremos firmes en nuestro decreto, aunque se caiga el cielo». Ahora, no importa mirar hacia allí todo el tiempo para ver cuántos coches hay. Bueno, la octava noche fue igual de mala. Pero finalmente, la décima, vinieron a mí y me dijeron: «Bueno, Bill, ¿qué vamos a hacer?». Y yo les dije: «Vamos a mantenernos firmes en nuestro decreto. Eso es lo que vamos a hacer». Así que, a la mañana siguiente, recibí una llamada telefónica antes de levantarme de la cama. Me dijeron: «¿Puedes bajar inmediatamente?». Y yo les respondí: «Si no, claro. Bajaré en cuanto me vista». Cuando llegué abajo, me contaron esta bonita historia.

El vecino había llamado a su puerta esa mañana y les había dicho: «Entreguen esta llave a quien sea su dueño y tírenla al porche. Me voy». Y ellos le dijeron: «Por el amor de Dios, anoche tuvo más gente en sus altavoces que nunca. Tuvo más coches». Él respondió: «Sí, tuve multitudes, pero ninguno pagó». Todos están en el libro, y no puedo seguir así. Y él dijo: «Dile que puede recuperar su casa. ¿De acuerdo?». Así que dije: «Gracias, mi querida presencia. Nuestro decreto funciona». Y nos mantuvimos firmes, no vacilamos y no lo cambiamos. Y no buscamos a otra persona para ver una solución patriótica.

Tú eres el único que actúa o que puede actuar en cualquier momento y en cualquier lugar, sabiendo que cuando dices «YO SOY», estás impulsando esa acción para satisfacer tu demanda consciente. Una de las primeras y más poderosas cosas que se hicieron evidentes en mi conciencia, y esto lo dice Jesús, fue mi capacidad, la capacidad de todos, para calificar esta energía dirigida conscientemente con lo que la aparente necesidad exigiera. Así, la energía puede producir para tu uso oro, plata, dinero, comida, ropa, medios de transporte o cualquier otra cosa que sea la demanda consciente. El otro día tuvimos una pequeña prueba de ello, cuando estuvo aquí un caballero llamado Richard Mason con su esposa Geraldine, y él demostró la ley y decretó para esa hermosa, ¿cómo la llamamos?, banda. Y lo arregló de una manera magnífica.

Pero todo vino a través de la presencia. Muy bien, ¿por qué no nos atenemos entonces a nuestro entendimiento y nos quedamos con lo que sabemos que es correcto? Sin embargo, no decimos: «Oh, mis linternas. Espero que funcione para los discípulos». Si vas a trabajar de esa manera, no vas a mejorar. En primer lugar, tienes que hablar como si estuvieras hablando con un hermano mayor o un padre, o con el mismo Jesús o con Saint Germain. Y decir lo que piensas. No digas nada a menos que lo pienses, pero di lo que piensas y dilo con sentimiento. Como hemos demostrado aquí antes, si dices algo, especialmente un decreto, dilo con sentimiento en tu plexo solar y luego mantente firme.

Quiero enfatizar esto porque mucha gente se rinde después del primer día cuando no ve resultados. Y si les pregunto: «¿Dijiste tu decreto con sentimiento?», me responden: «Bueno, lo dije como hablo normalmente».
«Bueno, si lo haces así, es como si solo te hubieras quedado parado junto a la ventana.» Ahora, perdona mi francés, pero lo que quiero decir esta noche es que debes sentir lo que dices y debes decirlo con sentimiento.
Ahora Jesús continúa: «Es realmente lamentable que algunas de las afirmaciones de las Escrituras se hayan sido nubladas por el concepto humano. Sin embargo, estoy muy agradecido de que muchas hayan permanecido inalteradas». Otra afirmación que utilicé constantemente durante más de tres años fue: «Siempre soy el poder majestuoso del amor puro que trasciende todo concepto humano y que me abre la puerta a la luz dentro de su corazón. Sabía que esto intensificaría enormemente mi verdadera visión interior».

Voy a volver a divagar. Uno de mis alumnos de San Bernardino me dijo: «Bueno, hermano Bill, no necesito a los Maestros. Puedo hacerlo yo solo». Y yo le respondí: «Entonces eres un hombre hecho a sí mismo». Y él dijo: «Bueno, algo así». Y le dije: «Bueno, me gustaría hacerte una pregunta. ¿Te acuerdas de mantenerte despierto y respirar toda la noche mientras se supone que debes dormir? ¿Y quién hace latir tu corazón cuando te olvidas de ello?». Él respondió: «Bueno, los Maestros no lo hacen, no, pero tu Poderosa Presencia “YO SOY” sí».

Y tú Poderosa Presencia “YO SOY” es una con los Maestros. Y cuando dices eso, no necesitas a los Maestros. Estás hablando sin saber, por la sencilla razón de que incluso Jesús tuvo dos Maestros que le enseñaron. Saint Germain tuvo dos o más. Y yo tengo cinco mentores que me enseñan y he tenido el privilegio de escuchar las hermosas voces de otros que me dicen lo que podría hacer o seguir haciendo y me han dado nueva información que ha sido tremenda. Y quiero decir con todo el amor de mi corazón que, sin los Maestros que me empujan continuamente, no creo que hubiera llegado a la primera base y salido de la ciudad de Chicago hace muchos, muchos años.

Así que también quiero llamar su atención sobre el hecho de que, aunque algunas personas siempre afirman que Jesús fue enseñado por los esenios, no estoy exactamente en desacuerdo con eso, pero tampoco estoy exactamente de acuerdo, porque el propio Jesús dice que durante el tiempo que estuvo desaparecido, viajó primero a Egipto, luego a la India y Persia, y luego volvió a la India y luego al Tíbet, donde estudió con Juan el Bautista. Ahora bien, Juan el Bautista estuvo con él parte del tiempo y leyó algunos de esos manuscritos antiguos escritos en lenguas antiguas, pero se le concedió la comprensión necesaria para leerlos.

Así que cuando la gente te pregunte cómo, cómo recibió Jesús sus enseñanzas, cuando regresaba a casa después de su visita al Tíbet y se encontró con el gran, gran Maestro conocido por nosotros como el Gran Director Divino. Y él ha sido el maestro de muchos de nuestros maestros actuales, bien podríamos aceptar y reconocer la verdad de que cuando llamamos a la Poderosa Presencia "YO SOY" a la acción e insistimos en lo que hemos decretado y nos mantenemos firmes en ello, se hará. Pero un maestro ascendido es uno con la Presencia y, por lo tanto, no hay ningún problema. Puede invocar cualquier cosa que desee. Y como me dijo un hombre: «¿Quieres decir que eso que leíste era de Jesús?». Y yo le respondí: «Sí». Y él me preguntó: «¿En inglés?». Y yo le respondí: «Sí».Y aquel hombre me dijo: "¿Quiere decir que lo que leyó era cierto?". Y yo dije: «Sí». Y él dijo: «¿En inglés?» Y yo dije: "Sí".

Y él dijo: «Bueno, ya sabes, Jesús no hablaba inglés. Solo hablaba arameo». Y yo le respondí: «Oh, perdona, pero pareces una persona culta. Debes de haber ido a la universidad». Él dijo: «Sí, fui a la Northwestern». Yo le dije: «Qué bien, yo también fui allí». Y él me preguntó: «¿Estudiaste allí?». Yo le respondí: «Sí». Por casualidad, estudié oratoria allí, y estudié redacción de cartas, y estudié... Bueno, pero estudié unas seis asignaturas que no creo que haya utilizado mucho. Le pregunté: «¿Qué estudiaste?». Me respondió: «Estudié un curso de negocios». Le pregunté: «¿Estudiaste idiomas, por ejemplo?». Me respondió: «No, pero tenía algunos amigos que estudiaron español». «Ah, ¿han hecho un curso de dos años o de cuatro?». Me contestó: «Creo que han hecho un curso de cuatro años».

Luego me dijo: «Ya sabes, les ha ido bien». Le dije: «En cuatro años han conseguido hablar español bastante bien». Me contestó que sí. Le dije: «Bueno, Jesús ha tenido 2000 años para aprender inglés». ¿Qué te hace pensar que es más tonto que tú? Bueno, claro que a ellos no les gusta que diga eso, pero a mí tampoco me gusta que me acorralen. Y no me gusta que nadie piense que cuando un Maestro Ascendido llega a ese punto en el que todas las cosas se añaden y cuando tú asciendes, todas las cosas se añadirán. Toda la sabiduría, todo el conocimiento, toda la verdad. Todo lo que tendrás que hacer es enviar a uno de ellos esos Rayos y dirigirlo para obtener la información que deseas y la tendrás al instante.

Además de eso, Jesús había tenido muchas encarnaciones, al igual que tú y yo, pero desde el estado ascendido era capaz de extraer del cuerpo causal y podía hablar cualquier idioma que eligiera sin ningún problema. Así que se lo expliqué al hombre para que no se sintiera mal. Pero, por otro lado, algunas de las declaraciones que podrían hacer varias personas serán tan ridículas que uno pensaría que se detendrían a considerar un poco lo que han dicho o lo que han anunciado. Ahora bien, por otro lado, en los primeros días de mis viajes tuve un compañero muy encantador llamado Earl Thomas, que actuó como mi secretario mientras yo me encargaba de la mayor parte de las clases. Viajamos bastante por todo el país, especialmente por la parte este, alrededor de Chicago.

Tenía una gran marca en la piel, del tamaño de un dólar de plata, justo delante de la oreja. Se extendía hasta el pelo. Cada vez que se afeitaba, parecía que se hacía sangre para conseguir que ese pelo quedara al mismo nivel que el del otro lado. Un día me dijo: «Tío, ojalá no tuviera eso». Y yo le dije: «Bueno, vamos a quitártela». Él me preguntó: «¿Cómo propones hacerlo?». Y yo le respondí que Saint Germain nos había dicho que si meditábamos y utilizábamos el discurso número 20 de Los Discursos «YO SOY» (Pláticas del “YO SOY), nos enseñaría cómo utilizar las manos sobre el cuerpo y producir la perfección que deseábamos. No funcionará a menos que lo hagas.
El agua no sale cuando le dices al grifo: «Eh, vamos, tienes que abrirte». Tienes que abrirlo tú. Y en la Actividad “YO SOY” tienes que utilizar la ley que se te ha dado. Así que cada mañana nos levantábamos media hora antes y él levantaba la mano izquierda así y, con la derecha, se frotaba ligeramente la mancha del hígado. No sé cómo se llamaría. Era una marca de nacimiento. Y no la frotaba como si intentara quitarla. Apenas la tocaba. Y lo hacía durante 15 minutos. Yo hacía otra cosa. Y Bert Erickson, que vivía con nosotros, también hacía otra cosa, ¿de acuerdo?

De repente, Earl Thomas, el caballero de la marca de nacimiento, tenía unas vacaciones previstas, y le adelantaron un par de meses, así que decidió venir al oeste. Justo cuando regresó, la marca de nacimiento había desaparecido, pero se había olvidado de seguir haciendo el ejercicio. Así que le dije: «Earl, estás estupendo. ¿Te has mirado últimamente en el espejo?». Y él respondió: «No, ¿por qué debería hacerlo?». Así que lo cogí del brazo y lo llevé a un lugar donde pudiera mirarse en el espejo. Y no vio nada diferente, o al menos eso parecía. Y le dije: «Bueno, entonces, ¿qué hay de tu oreja izquierda?». Y entonces, por primera vez, se dio cuenta de que la marca de nacimiento había desaparecido, y la había tenido durante 55 años.

Ahora no me digas que el poder de la Presencia no puedo hacerlo. No fue a un médico para que se la hiciera, porque si lo hubiera hecho, probablemente habría quedado una cicatriz allí 55 años. Creo que fue por 65 años.
No me digas que el poder del presente no pudo hacerlo. No fue a un médico para que se lo hiciera. Probablemente habría habido una cicatriz allí, pero no había ninguna cicatriz. Lo que fue disuelto por la Presencia del Poderoso "YO SOY". Así que, tú también puedes hacer eso.  Ahora bien, si tenemos tiempo, quiero contaros una historia sobre un niño pequeño. Un niño pequeño, de cuatro años. Era una granja a la que solía ir todos los sábados por la noche, a 80 millas de Chicago, para dar una clase. Y entonces la madre me dijo: «Hermano Bill, ¿crees que le pasa algo a Bob?».

Y yo le dije: «¿Por qué? Por lo que yo veo, es normal en todos los aspectos». Y ella me dijo: «Se va solo al corral, tiembla y parece que está jugando, pero no hay nadie con quien jugar. No hay ningún otro niño de su edad en un radio de una milla». Bueno, le dije: «Quizá podamos conseguir un decreto y ver qué pasa». ¿Qué tipo de decreto se puede obtener para eso? Y yo le dije: «Bueno, no lo sé, pero puedo intentarlo». Y así que tal vez yo esté presente. Sea lo que sea lo que este niño esté haciendo, bendícelo y ayúdale a superarlo. Si está diciendo algún tipo de galimatías, entonces disuélvelo para que no lo lleve consigo hasta la edad adulta. Y así lo dejamos estar.

Bueno, llegó un hombre con un carro en el que llevaba muchos tipos diferentes de mercancías para vender a los granjeros. Tenía platos, ollas y sartenes, agujas e hilo húmedo, ¿y qué más? Cuando se detuvo junto al niño, le habló en armenio y el niño le respondió. Entonces le preguntó: «¿son ustedes armenios?». Y el niño dijo: «No, somos estadounidenses». Entonces se dirigió a la puerta, llamó y la señora de la casa salió, y él le preguntó: «¿Son ustedes armenios?». «Oh, no, somos estadounidenses». «¿Su marido es armenio?». «No, él también es estadounidense». Nunca han salido del país, pero su hijo pequeño habla armenio y lo habla con fluidez. Bueno, cuando vine el sábado, me contaron todo sobre él y yo dije: «Bueno, no pasa nada. Ha recuperado los recuerdos de su vida anterior».

No hay duda al respecto. Y si conoces a alguien que vaya a clase, pídele que lo observe y vea si tiene un compañero de juegos invisible. Creo que está hablando con un compañero de juegos invisible. Muy bien. Lo siguiente que oí fue que algunas personas que tenían una granja al lado de la suya la habían vendido a buen precio y habían tenido buenas cosechas. Así que se fueron de viaje por todo el mundo y trajeron muchas, muchas fotos, las pusieron en un bonito álbum y se las enseñaron a sus amigos que vivían al lado. El pequeño Bobby se acercó por detrás, miró y dijo: «Ahí, ahí, ahí es donde yo vivía». La gente lo miró con asombro y le dijo: «Eso es Armenia». Y él respondió: «Sí, ese tipo de barcos, y ese es el tipo que tenían en el lago donde yo vivía.»

«Increíble. Ahí es donde él vivía». Así que cuando vine el sábado, Le dije al pequeño Bobby: Tú vivías allí, ¿dónde tenían esas góndolas que se parecen a los barcos que tienen en Nápoles o Dennis? ¿Y cómo es que vivías allí? Bueno, dijo que solía haber unos hombres malvados que tenían unas espadas como redondas. Y dijo que solían venir a perseguirnos. Y si no volvíamos a la casa grande, que era una casa comunitaria, según la gente que había hecho este viaje y tenía las fotos, si no llegaban allí, el cementerio se llenaría y eso sería el fin. Y yo dije: «¿Y entonces qué pasó?».

Bueno, él dijo que un día estaba en el lado equivocado del lago y tenía que hacer mi trabajo, y uno de ellos me atrapó, y él dice, y así que vine aquí. Tenía que ser la reencarnación, ¿no? Bueno, algunas personas no creen en la reencarnación. Y, ya sabes, no está en la Biblia. ¿No lo está? ¿No lo está? Puedo demostrarlo, está en muchos sitios, pero... Vale, entonces te contaré sobre esta actividad en la que el mismo Earl Thomas que había estado conmigo, fue a Canadá y solía dar charlas, y tuvo mucho éxito. Pero un día recibí una llamada telefónica. Hermano Bill, Earl Thomas, que solía viajar contigo, está en un hospital en Long Beach. Y dicen que se está muriendo. ¿No irías a verlo? Y yo dije: «Sí, pero ¿a qué hospital?».

Bueno, no sé cómo se llama. Les dije que en Long Beach había una docena de hospitales. Y me respondieron que esa era toda la información que podían darme. Así que me subí al coche y conduje hasta Long Beach por la autopista, y dije: «Poderosa Presencia “YO SOY”. Tú sabes dónde está, y yo quiero verlo. Y si él me ha llamado, es porque quiere verme. Así que ve directamente a ese hospital. Muy bien. Salí de la autopista y me alejé. Y entonces pensé: «Bueno, ¿qué estoy haciendo? No tengo ninguna indicación. Entraré aquí y preguntaré si saben dónde están los diferentes hospitales o cuántos hay, o si puedo conseguir una lista en su guía telefónica».

Entré y se me acercó una enfermera. Era un hospital, pero no parecía un hospital. Entonces le dije: «Bueno, tengo un problema muy inusual. Estoy buscando a un hombre llamado Earl Thomas que está en algún hospital de Long Beach. Y ella me dijo: «De acuerdo, le llevaré hasta él». Pero me llevó a la habitación donde estaba. Un milagro. Nada más, pero nada más. Pero yo no tenía ni idea. Y, sin embargo, me llevaron directamente al lugar. Y entonces la enfermera me dijo: «Está en coma. No vivirá más de 24 horas, así que no le servirá de nada intentar hablar con él». Entonces le dije: «¿Quieres apostar?». Entré y le cogí su hermosa mano, porque tenía unas manos magníficamente hermosas.

Le tomé las manos entre las mías y le envié amor y bendiciones. Él abrió los ojos y dijo: «Hola, Bill, pero no necesitarás volver a verme, porque ya no estaré aquí». Y yo le dije: «¿Quieres que te decrete algo?». Y él respondió: «Sí, ¿quieres hacerlo?». Y le decreté que fuera llevado en paz y armonía y que se le concediera la ascensión por el servicio que había prestado. Cuando pronuncié las últimas palabras del decreto, le besé en la frente y él suspiró profundamente. Thomas ya no era hipócrita. Pero tres días después recibí la noticia de que había ascendido. Dije que se llamaba Earl Thomas. Habíamos estado dudando de Tomás, uno de los discípulos de Jesús en la época de Jesús.

Le tomé las manos entre las mías y le envié amor y bendiciones. Él abrió los ojos y dijo: «Hola, Bill, pero no necesitarás volver a verme, porque ya no estaré aquí». Y le dije: «¿Quieres que te dé un decreto?». Y él respondió: «Sí, ¿quieres hacerlo?». Y le di el decreto de que fuera llevado en paz y armonía y que se le concediera la ascensión por el servicio que había prestado. Cuando pronuncié las últimas palabras del decreto, le besé en la frente y él suspiró profundamente. Thomas ya no estaba en estado crítico. Pero tres días después recibí la noticia de que había ascendido. Dije que su nombre era Earl Thomas. Había sido Tomás el incrédulo, uno de los discípulos de Jesús en la época de Jesús.

Te digo esto solo para mostrarte que no sabemos con quién estamos hablando, con quién estamos conversando, o quién sabe quién eres tú. A menos que hayas recibido instrucciones del Gran Ser, no hay forma de saberlo. O sí la hay, pero tienes que estar profundamente presente para poder determinar quién es tu amigo o vecino. Estas cosas que te digo son solo para darte la seguridad de que, si yo pude hacer estas cosas, tú también puedes. ¿Y por qué esperamos y esperamos que alguien más lo haga por nosotros? No. A partir de ahora, haz lo tuyo y no tengas miedo de actuar. Porque en tu Biblia dice, con respecto a las obras de mis manos, mandadme.

Esa Bendita Presencia quiere que sepas que cuando necesites algo con suficiente intensidad, no tengas miedo. Y si tienes alguna duda, entonces dice, en cuanto a las obras de mis manos, mandadme. Una vez tuve una alumna, o más bien una persona que vino, que nunca había asistido a una de mis clases, pero había oído a alguien hablar de ellas y dijo: «Tú tienes gente que decreta y tú mandas». No tienen por qué hacer eso, es cosa del diablo. Y yo le dije: «Oh, en tu iglesia no decretan». Y ella dijo: «Por supuesto que no». Así que le mostré en el libro de Job, donde dice: «Decreta una cosa, y Yo, el Todopoderoso, la cumpliré por ti». Y entonces ella dijo: «Bueno, pero tú también ordenas. No se puede ordenar a Dios». Y yo le dije: «¿No puedo?».

Bueno, déjame decirte dónde. En las Escrituras dice, con respecto a las obras de mis manos, mandadme. Bueno, ella dijo, de todos modos, eso puede estar bien, pero tú enseñas la reencarnación y eso no está en la Biblia. Yo dije: «¿No está? ¿Puedo mostrarte dónde está y fue enseñado por el mismo Jesucristo?». «Por supuesto que me gustaría verlo». Bueno, ella lo vio y me quitó la Biblia de las manos para leerlo ella misma. Y luego dijo: «¿Qué? ¿Puedo comprar uno de tus libros?». De acuerdo. En lo que respecta al público en general, no conoce esta Ley. Y la razón por la que no la conoce es que hemos estado durante mucho tiempo en una especie de atmósfera apática en la que damos las cosas más o menos por sentadas.

E incluso si alguien te hablara de la Presencia “YO SOY”, dirías: «Oh, este tipo es un chiflado y está tratando de convencerme de algo que ha encontrado en algún lugar y se ha vuelto loco». Pero una vez que consigues uno de estos hermosos libros, que no son caros, lo lees y descubres lo que puedes hacer, dejas de ser apático y retrógrado y hablas con tu Señor Dios. Porque esa poderosa Presencia "YO SOY" es tu Señor Dios que, en el segundo capítulo del libro del Génesis, te creó a ti y a tu cuerpo y te dio el aliento que ahora utilizas y los latidos del corazón que te mantienen vivo. Querido, con mi historia. Podría contarte historias como esa sin parar.

Pero quiero decir que demasiadas solo te confundirían. Sin embargo, esas pocas deberían darte la seguridad de que eres Dios. Cada hombre es un Dios, y cada mujer es una diosa en potencia. Créenos, Padre, si no lo haces, perderás el tren y será mejor que corras a alcanzarlo. Porque se acerca el fin del siglo y habrá grandes cambios. Y entonces puede que sea demasiado tarde. Así que, con todo el amor de mi corazón, te pido: ¿no te subirás a bordo y empezarás a usar la sabiduría divina que has acumulado durante tantos miles de años? Porque todo está almacenado allí, cada encarnación. Solo lo bueno está almacenado allí. Lo demás puede llamarse karma. Pero en contra.

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